En los últimos años he tenido la suerte de ver nacer tres empresas y haber sido responsable en diversos grados de sus operaciones.
La suerte de trabajar con firmas de todos los tamaños, de haber hecho amigos además de clientes, y aliados además de socios. Y la suerte de haber tocado palos que, si no fuera por haber emprendido, jamás habría conocido: ciberseguridad, monitorización de conversaciones, reputación online, informes de inteligencia y, como no, muchas horas de lectura, aprendizaje, ensayo, error y, de vez en cuando, acierto.
Pero siempre tenía pendiente una cita: poner en marcha algo que ofreciera un producto diferenciado, con ventajas sobre su competencia, escalable, de base tecnológica y con aspiraciones no solo de hacer negocio, sino de cambiar el mundo.
Sí. Fundar una startup.
Desde hace más de un año ese sueño es una realidad. Se llama FoodieQR, nació varios meses antes del estallido de la pandemia… y como debe ser en los caminos emocionantes, su puesta en marcha no ha estado exenta de dificultades.
¿Una empresa de cartas digitales, Alfonso? No, un cambio de paradigma en la experiencia de cliente de la hostelería, que pronto será «el plato» habitual de muchos comensales. Y con un compromiso clave, tras una durísima época que ha afectado, como a pocos sectores, a la hostelería: el servicio cuesta 0€ (cero euros) para nuestros usuarios, los restaurantes. Creemos que es posible crecer, teniendo ese gesto para con las y los hosteleros de España, una de nuestras mayores riquezas tanto a nivel culinario y cultural, como del patrimonio español y nuestra imagen de marca como país.
FoodieQR va por ellas, va por ellos.
En los últimos años he tenido la suerte de ver nacer tres empresas y haber sido responsable en diversos grados de sus operaciones.
La suerte de trabajar con firmas de todos los tamaños, de haber hecho amigos además de clientes, y aliados además de socios. Y la suerte de haber tocado palos que, si no fuera por haber emprendido, jamás habría conocido: ciberseguridad, monitorización de conversaciones, reputación online, informes de inteligencia y, como no, muchas horas de lectura, aprendizaje, ensayo, error y, de vez en cuando, acierto.
Pero siempre tenía pendiente una cita: poner en marcha algo que ofreciera un producto diferenciado, con ventajas sobre su competencia, escalable, de base tecnológica y con aspiraciones no solo de hacer negocio, sino de cambiar el mundo.
Sí. Fundar una startup.
Desde hace más de un año ese sueño es una realidad. Se llama FoodieQR, nació varios meses antes del estallido de la pandemia… y como debe ser en los caminos emocionantes, su puesta en marcha no ha estado exenta de dificultades.
¿Una empresa de cartas digitales, Alfonso? No, un cambio de paradigma en la experiencia de cliente de la hostelería, que pronto será «el plato» habitual de muchos comensales. Y con un compromiso clave, tras una durísima época que ha afectado, como a pocos sectores, a la hostelería: el servicio cuesta 0€ (cero euros) para nuestros usuarios, los restaurantes. Creemos que es posible crecer, teniendo ese gesto para con las y los hosteleros de España, una de nuestras mayores riquezas tanto a nivel culinario y cultural, como del patrimonio español y nuestra imagen de marca como país.
FoodieQR va por ellas, va por ellos.